Por la mañana nos levantamos muy pronto. En frente de nuestro hotel salían ferris para Miyajima.
Fuimos a Hiroshima con shinkansen para ver Memorial de la Paz, llamada también Cúpula Genbaku o Cúpula de la Bomba Atómica por los japoneses. El edificio fue originalmente proyectado por el arquitecto checo Jan Letzel para la Exposición Comercial de la Prefectura de Hiroshima (HMI). Fue terminado en abril de 1915 e inaugurado oficialmente en agosto de ese año. Desde 1996 está en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El hipocentro de la explosión de la primera bomba atómica arrojada sobre una población civil de 6 de agosto de 1945 se situó a una distancia de apenas 150 metros en la horizontal y 600 metros en la vertical del edificio, fue la estructura más próxima que resistió al impacto. El edificio fue inmediatamente preservado exactamente como se encontraba después del bombardeo, sirve hoy como un monumento conmemorativo de la devastación nuclear y un símbolo de esperanza en la paz mundial y la eliminación de todas las armas nucleares.
Fue uno de los días más calurosos. A la entrada del castillo se estropeó la maquina de bebidas, pero por suerte los empleados vendían agua sumergida en recipientes con hielo. Compramos las entradas y subimos arriba. Como no, había muchas escaleras. Nosotros, bañados de sudor, subiendo y subiendo.
