5/5/24

Hasedera. Japón 2024

 Por la mañana fuimos a la estación Kashihara-jingu-mae pasando por el parque de santuario.


















Llegamos a Hasedera para ver el templo budista conocido como el "Templo de las flores", con más de 150 tipos de peonías (florecen entre abril y mayo).  



Este pueblo esta situado en las laderas de montañas y hay muchísimas escaleras. 









 






Estuvimos allí hace 7 años en otoño y no había gente. Pero ahora estaba todo lleno, por Golden Week. Además hacía calor. Por el camino entramos a una cafetería y tomamos café caliente. Aquí siempre preguntan si quieres frio o caliente. Creo que los japoneses prefieren frio, con hielo. 













Había que esquivar las macetas con peonias.



Las "Noboriro" (escaleras cubiertas). Las escaleras se elevan 200 m y tienen 399 escalones.









Entramos al Museo para ver esculturas, escrituras antiguas y pinturas del templo.





















Subiendo y subiendo...











El templo de Hasedera fue construido en 686. 














































No paramos de subir...







































Aquí estuvimos casi una hora grabando audio. 


















Arriba había una bosque que parecía selva.






Bosque de bambú












De vuelta Esaú subió para ver otro templo, mucho más pequeño. Yo me quedé abajo, por no forzar las rodillas, ya que la reuma a veces me molestaba bastante. 














Estaba esperando el la entrada





Esaú comió curry






como ya no quedaba curry pedí soba con hielo.



Al lado estaban unos japoneses que nos miraban todo el tiempo. Creo, que les hacía gracia de que hacíamos fotos a la comida. 






A Esaú le gustaron los dibujos de un antiguo cuento. Más adelante nos lo leo Hiroko. 



 















Tanuki, para atraer los clientes y buena suerte.



Hasedera es un pueblo precioso, vale la pena venir. 






Mientras que yo estaba durmiendo en casa de Mama-san, Esaú salió para dar un paseo detrás de la casa.








 
Estaba durmiendo allí...















Antes habíamos comprado la cena en un supermercado. Mama-san dijo que no tenía hambre. Creo que para ella las 20.00 h. era demasiado larde, porque suele cenar a las 18.00 h. Tuvimos que comer todo esto solos. Mama- san se reía: "ánimos, ánimos".