4/5/24

Sekijuku y Shigaraki. Japón 2024

 El sábado vino Hiroko con su amigo Kaicho-san y fuimos con el coche a la aldea histórica  de Sekijuku. Era la 47 de 53 estaciones (shukuba) localizadas en la ruta  Tōkaidō, que conectaba Edo (Tokio) con Kioto (era Edo 1603-1868).  Cuando llegamos nos mojamos los pies en una piscina con aguas termales. 








Por la mañana no había gente.



Hiroko y Kaicho-san vinieron por las tarjetas de las tapas de alcantarillas que coleccionan. Todos los fines de semana se van de viaje para coger estas tarjetas. 





Entramos en una de las  antiguas viviendas. 






























La aldea era pequeña, pero tenía muchas casas tradicionales en muy buen estado. 






























En las puertas había unos tallados en madera preciosos. 






También había muchas tiendas de segunda mano, donde Esaú compró unos cuencos de arroz muy bonitos. 
























Las vistas desde azotea


 












Tomamos café en un riokan. Nos encantó su decoración retro. Esaú dijo "pena que Edu no este con nosotros".






























Las tazas de plata encontrados por casualidad durante la limpieza de almacén. 



Los asientos de tren (¿Kintetsu Limited Express ?)



Los armarios pintados





Fuimos al pueblo de Shigaraki. Poe el camino paramos a comer. Pidieron tempura, yakitori (brochetas de pollo,  había también de cartílagos, estómagos y pieles) y Sukiyaki, que nunca habíamos comido y nos gustó mucho. Este plato consiste en carne (normalmente trozos muy finos de ternera) o en la versión vegetariana hecha de tofu, cocido a fuego lento o hervido en la mesa, junto con vegetales y otros ingredientes, en una olla poco profunda en una mezcla de salsa de soja, azúcar y mirin. Antes de comerlo, los ingredientes cocidos se mojan en huevo crudo batido.

Nos trajeron estas ollas a cada uno.







Menos mal que estuvimos allí con japoneses, que nos explicaron para que servía el huevo crudo.



Kaicho- san compró postes de anko-  habichuela roja y azúcar



Fuimos a  Shigaraki que es uno de "Los Seis antiguos hornos" en Japón. Aunque las figuras que representan el Tanuki son un producto popular incluido como artesanía de Shigaraki, el horno y la tradición cerámica local tiene una larga historia. Las artesanías de Shigaraki se dice que comenzaron cuando se construyeron baldosas para el palacio de Shigaraki-no-miya del Emperador Shomu en 742 Sin embargo, la evidencia ha demostrado que el horno antiguo que queda en las ruinas del pueblo Shigaraki data del periodo Kamakura y principios del periodo Muromachi. Se sugiere que los alfareros Bizen viajaron a Shigaraki y comenzaron a producir obras allí porque las artesanías de Shigaraki primeros parecen haber sido influenciados por mercancías Bizen.
La ciudad de Shigaraki fue formado por dieciocho comunidades autónomas a lo largo del río Daido en el valle en la parte superior más meridional de la prefectura de Shiga. Tres de los primeros hornos puede remontarse a 1278, las comunidades eran Kamagatani, Minami Matsuo en Nagano, y Goinoki en Koyama. 



Según la mitología los tanuki son unos animales a los que les encanta engañar a los humanos y para ellos utilizan multitud de fórmulas diferentes, pero el más usado es el disfraz de monje budista. Otras muchas veces les gusta tomar la forma de una bella mujer y esperar junto a la cama de sus víctima al amanecer. También tienen una costumbre curiosa, la de hacerse pasar por oficiales del gobierno y acudir a las casas donde te reclaman impuestos o directamente te acusan de infringir diferentes leyes que se inventan. Los tanuki pueden tener dos caras según la visión de la historia. Hay lados buenos y lados malos. Hoy en día la visión que se tiene de este animal es la del lado más amable con una representación donde generalmente aparece con una gran barriga blanca, un sombrero de paja y sus característicos y grandes testículos. Además, lleva un sombrero de paja que lo protege de la mala suerte, así como un libro de cuentas y una botella de sake. Todos ellos símbolos de prosperidad en los negocios. Precisamente éste es el motivo por el que hoy en día es común encontrar pequeñas figuras de tanuki en la entrada de restaurantes, bares e izakaya y también en algunas casas particulares, llamando a la suerte y la fortuna.














Por la tarde llegamos a  Mentai Park, en la orilla de lago Biwa.









Probamos  kusaten mentaiko- huevas de bacalao con pimentón picante. Y si, que picaba!!!!! A Hiroko y Kaicho-san les encanta.


















Biwa es el lago más extenso de Japón. Ocupa un área de 670 km², siendo también el más antiguo del país. 






Cena a la orilla de Biwa- nigiri con mentaiko.





 












De vuelta tuvimos que pasar por Kioto, que incluso de noche estaba lleno de turistas. Kaicho-san no llevó a un mirador, donde contemplamos la panorama nocturna de Kioto.